EL CIRCULO V.E.RO.

Este proceso productivo se inicia a partir de una yema de una planta madre de Malbec genéticamente superior, que científicamente ha demostrado poseer un mayor potencial para producir vinos de calidad superior. Luego, en nuestro laboratorio ubicado en Lujan de Cuyo, se extraen pequeños trozos de tejido verde provenientes de esa yema, que enraízan y crecen dentro de un recipiente de vidrio estéril, y luego de alcanzar una altura de aproximadamente 15 cm.

La nueva plántula es seccionada en pequeños segmentos que se vuelven a sembrar en otro recipiente, continuando así dicho proceso de micropropagación “in vitro” hasta alcanzar el número total de plantas deseadas. La importancia económica de esta técnica está dada por el hecho de que lo que a campo llevaría una año, partiendo del material de poda invernal, para lograr una nueva planta; en el mismo tiempo, y comenzando con una sola yema, es posible obtener decenas de miles de plantas genéticamente idénticas. El paso final, luego de un delicado proceso de rusticación, es el traslado de las nuevas plantas a su lugar definitivo en el viñedo.

 Este método de multiplicación in vitro no implica ningún tipo de manipulación genética, sino solamente se trata de la aceleración de un “proceso natural” milenario que ha sido reemplazado por un “proceso de producción industrial” en condiciones controladas, garantizando uniformidad genética, sanidad y trazabilidad absolutas.

La uniformidad genética lograda por la utilización de plantas clonadas permite obtener viñedos homogéneos en todo sentido, las plantas logran un desarrollo vegetativo uniformes, con semejantes largo de brotes, cantidad de hojas por brote, cantidad de racimos por brote, tamaño de racimos, cantidad de bayas por racimo, contenido de polifenoles, etc., lo que constituye una premisa fundamental para un manejo racional del cultivo destinado a producir uvas de alta gama. 

Esta uniformidad permite obtener las mejores uvas, todas ellas en su punto optimo de madurez, las que con un adecuado manejo en bodega, permitirá producir vinos de la mejor calidad. Es claro el contraste con los viñedos tradicionales que albergan poblaciones compuestas por individuos diferentes, en donde la calidad al momento de cosecha será un promedio entre uvas de diferentes características y estados de madurez.

Una de las premisas fundamentales de nuestra bodega es “cooperar para competir”, y siguiendo el mandato de nuestro Dogma, hemos decidido que los nuevos clones de calidad enológica superior seleccionados en el Programa, no sean apropiados en exclusividad por la empresa sino compartidos con otros colegas del sector que exhiban un cierto perfil tecnológico, y que estén ubicados en diferentes terruños (combinación de suelo, clima y viticultor) del país con especial aptitud para el cultivo de Malbec.

A partir de este año se ha comenzado a convocar a otras bodegas a que se incorporen al CIRCULO VERO MALBEC” que es una red nacional de usuarios de la genética seleccionada por Tempus Alba, con el propósito de aislar y evaluar el impacto del terruño de cada zona sobre la expresión cuanti-cualitativa del referido varietal. A cada usuario se le pide como contraprestación devolver información sobre el comportamiento agronómico y la calidad enológica del vino obtenido de la uva producida por un determinado clon en cada terruño en particular. Esta información alimenta una base de datos común, a la que tienen acceso todas las bodegas pertenecientes a la red, la que se irá ampliando y actualizando a lo largo del tiempo. En otras palabras, el producto final será un mapa sensorial cualitativo para el Malbec a nivel nacional.